Si de la paciencia nace el genio,
es entonces la ciencia de la paz
la que tiene para mi,
el as debajo de su manga.
Supongo que escuchar más música y escribir
cualquier pensamiento
han de ser
maneras de acercarse a
esta ciencia
de la paz.
Vuelo en nubes,
y ya no necesito tener un
cinturon de seguridad.
Puedo aflojar la corbata cerebral,
reclinar el asiento y silbar.
miércoles, 3 de marzo de 2010
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